Tras más de una década de altibajos marcados por un ciclo de "stop and go", la economía argentina parece encaminarse hacia un periodo de crecimiento sostenido. Este ciclo, que ha dominado el panorama económico del país durante los últimos 13 años, se caracteriza por períodos de crecimiento seguidos de retrocesos que han dificultado el crecimiento continuo. Sin embargo, las expectativas de mercado publicadas por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) sugieren una posible ruptura con esta dinámica.
Según las proyecciones, se espera que el Producto Interno Bruto (PIB) crezca un 4,5% en 2025, un 3,7% en 2026 y un 3% en el primer trimestre de 2027. De cumplirse estas cifras, Argentina estaría logrando el tan anhelado despegue económico, con mejoras significativas en el ingreso real de los ciudadanos reflejadas en el crecimiento del PIB per cápita. Este contexto podría marcar el inicio de una nueva era de estabilidad y prosperidad.
El optimismo económico se sustenta en diversos indicadores y reformas que están sentando las bases para un crecimiento a mediano y largo plazo. Algunos de los factores más recientes incluyen:
Régimen de Incentivos a las Grandes Inversión (RIGI): Este marco legal proporciona estabilidad jurídica y económica, incentivando el desembolso de inversiones tanto nacionales como extranjeras. La seguridad jurídica es un elemento crucial para atraer capital y fomentar proyectos de largo plazo.
Reducción de la Inflación: Tras alcanzar un pico anual del 166% en noviembre de 2024, la inflación se ha consolidado en una tendencia a la baja, con una proyección de 25% para 2025. Esta reducción no solo fortalece el poder adquisitivo de los ciudadanos, sino que también genera un entorno más estable para las empresas.
- Fortalecimiento del Sistema Financiero: El ingreso de más de 15.000 millones de dólares a través de un programa de blanqueo de capitales a reactivación del crédito a mediano y largo plazo, destinado tanto a proyectos de inversión como al acceso a viviendas.
- Creación de Condiciones para la Inversión Productiva: La mejora en el acceso al crédito y la estabilidad macroeconómica están impulsando proyectos en sectores clave como la energía, la tecnología y la infraestructura
Consolidación del Superávit Fiscal: La mejora en las cuentas fiscales ha generado superávit en las cuenta publicas, basado principalmente en la reducción del Gasto Improductivo, implementado políticas para optimizar el uso de recursos públicos, eliminando gastos innecesarios y mejorando la eficiencia del estado. Por otro lado, las Reducciones Impositivas y Menores Regulaciones, impulsan la competitividad en diversas actividades económicas, atrayendo inversiones y fomentando el crecimiento empresarial.
Aunque las perspectivas son alentadoras, el camino hacia un crecimiento sostenido no está exento de desafíos. La consolidación del despegue económico dependerá de:
- La continuidad en las políticas de estabilización macroeconómica
- La capacidad de implementar reformas estructurales en ámbitos como la educación, el empleo y la productividad.
- La gestión eficaz de las tensiones sociales que puedan surgir en el proceso de transformación económica.
Conclusión
Argentina podría estar en la antesala de un cambio histórico en su trayectoria económica. Si las expectativas de crecimiento se materializan y los pilares de estabilidad y confianza se fortalecen, el país podría romper definitivamente con el ciclo de "stop and go" y entrar en una fase de d sostenido. Este escenario no solo beneficiaría al ciudadano promedio, sino que también posicionaría a Argentina como un jugador clave en el panorama económico regional e internacional.
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